Los días de descanso son ya parte del pasado. Es momento de enfrentarse a la rutina del trabajo diario y a ese ‘síndrome post-vacacional’ en el que las personas se encuentran de bajón, irritabilidad, tristeza, apatía, nerviosismo, tensiones musculares y cambios de humor. El síndrome post-vacacional depende básicamente de la capacidad individual de readaptación al estilo de vida laboral una vez finalizado el periodo vacacional.
Para combatir estos síntomas, te mostramos un práctico decálogo en el que da consejos al trabajador para que volver a la oficina sea menos traumatizante
- Escalonar las vacaciones y disponer de varios descansos a lo largo del año. Esto hace que el año no nos resulte tan largo y que siempre tengamos relativamente cerca un período vacacional.
- No incorporarse al trabajo al día siguiente de llegar de viaje, una buena idea es que el primer día de trabajo no sea un lunes. Si nuestras vacaciones por ejemplo acaban un martes y comenzamos a trabajar un miércoles, la vuelta será suave y fácil de llevar, y servirá para irnos acostumbrando reduciendo el impacto psicológico.
- Fomentar las relaciones con los compañeros de trabajo, marca actividades que estén totalmente fuera de tu vida cotidiana, que nunca realices, consulta las actividades culturales y de ocio de tu ciudad y elige una diferente, aporta un toque de innovación a la cena de esta noche buscando una receta nueva que te parezca suculenta y prueba a llevarla a cabo, organiza una fiesta sin motivo para tus amigos, apúntate a ese curso de cata de vinos, como en la D.O. Vinos de Uclés, que siempre quisiste hacer o a clases de Huella de Carbono…
- Aprender a ser más positivo y a tomarse las cosas con humor, lo mejor es no agobiarse con estos pensamientos, acudir al trabajo con una actitud relajada, sin adelantarnos a los acontecimientos y abordar tarea por tarea.
- Organizar una escapada de fin de semana, una solución alternativa para vencer la tristeza y aceptar que, de momento, no podremos disfrutar de varios días de vacaciones. Un fin de semana se puede aprovechar al máximo si se planea bien, además de ser una opción económica al tratarse de dos noches. Un buen fin de semana de diversión en un bonito lugar puede ser una verdadera recarga de energía y una ruptura con lo cotidiano.
- El poder de las pequeñas metas en el calendario, con fechas importantes que te hagan especial ilusión, como fechas de cumpleaños, viajes cortos, fiestas y puentes, actividades que hayas programado y te encanten, visitas de amigos y familiares, cenas especiales… Así cuando mires el calendario puedes buscar la fecha que hayas señalado más próxima y al pensar en ello te sentirás bien. La clave es irse apoyando en las pequeñas metas, no esperar con tristeza durante meses a las vacaciones.
- Optimizar el tiempo y evitar en lo posible hacer horas extras o llevarse trabajo a casa, evitando asumir más tareas de las que se puedan finalizar
- Aportar tu grano de arena para un ambiente de trabajo mejor, puedes personalizar tu puesto de trabajo, añadir fotos de tus seres queridos en marcos o a modo de salvapantallas, poner música, proponer a tus compañeros que una vez a la semana os turnéis para traer algo agradable al trabajo como pastas o bombones, sé amable con los demás, cuenta un chiste, quedad algún día a tomar algo al salir de trabajar… cualquier detalle que se te ocurra ayuda a que te sientas un poco más feliz.
- Hacer ejercicio regularmente, ya que el deporte no sólo es excelente para el cuerpo, sino también para la mente. Ayuda a desconectar de los quehaceres diarios y es un gran enemigo de la depresión. Apúntate a un gimnasio o a alguna actividad que te apetezca, las opciones son interminables: natación, yoga, clases de baile, pilates,… o simplemente sal a correr o a pasear por el parque con frecuencia. Si no dejas que te venza la pereza pronto notarás los resultados. Además de estar en forma, te sentirás con más ánimos y energías.
- Concederte pequeños placeres, como preparar un baño de burbujas, comprar tu postre favorito, salir a cenar fuera, realizar actividades relajantes como practicar yoga o meditación, escuchar música relajante o darse un buen masaje, comprar entradas para el cine o el teatro… todo es válido para hacerte sentir un poco mejor.
Fuente: Qalma