En las calles, en los bares, en las oficinas… Si un término está de rabiosa actualidad en el mundo del marketing y las empresas ese es el del Big Data, el cual apela al mastodonte volumen de datos al que tiene que hacer frente, cada día, cualquier buen negocio que se precie. Pese a ser un vocablo cuya importancia va más y más en aumento (en el ámbito docente pueden encontrarse cada vez más cursos de especialización sobre el tema), todavía son muchísimos los que desconocen de qué se trata y qué funcionalidad tiene en el día a día. Se puede decir, grosso modo, que con el Big Data se pueden obtener ideas valiosísimas que pueden conducir a mejores tomas de decisiones y movimientos de negocio estratégicos. Pero eso sí, como puedes llegar a imaginarte, es de vital importancia que toda esa inmensa jungla de datos se sepa organizar, utilizar e interpretar según nuestros intereses, porque sólo de esa forma nos serán realmente útiles.
La adopción de prácticas analíticas por parte de las empresas sigue siendo una cuenta pendiente, por lo que hay que perderle el miedo al Big Data lo antes posible. Muy probablemente esta actual y mejorable realidad cambiará radicalmente cuando en el mercado laboral haya cada vez más profesionales capacitados para analizar todos esos datos, así como cuando las empresas se abracen incondicionalmente a la cultura de la toma de decisiones basada en datos. Sólo así se perderá en un futuro, no muy lejano, esa desconfianza que hay acerca de este nuevo mecanismo analítico.
¿Pero cómo se puede aplicar el Big Data en un negocio?, te preguntarás. Pues la respuesta, sorprendentemente, toma como punto de partida las 5 W’s que cualquier buen periodista tiene en mente a la hora de contar una noticia: What (qué), Why (porqué), When (cuándo), Where (dónde) y Who (quién). Detengámonos un instante en cada una de estas W:
What (qué): El volumen de datos es tan y tan grande que, lógicamente, hay que acotar según nuestros propios intereses. No es lo mismo pretender analizar datos que engloban un periodo de cinco años a hacer lo propio con datos más recientes que aglutinan unos meses concretos. Antes de analizar debes saber de antemano el qué.
Why (porqué): Siguiendo la lógica del punto anterior todo análisis debe tener un porqué, una finalidad. Sin duda, hay que detectar las necesidades y problemáticas de las áreas de negocios, además de encontrar oportunidades donde la analítica agregue valor hasta implementar un proceso que permita descubrir nuevas perspectivas valiosas.
When (cuándo): Teniendo presente lo útil que puede ser el Big Data, por supuesto, hay que decidir qué momento es el idóneo para ponerlo en práctica. Quizás en este momento un negocio no puede permitirse implantarlo inmediatamente, por lo que hay que tener claro cuándo se puede tirar hacia adelante.
Where (dónde): Más allá de los factores económicos y tecnológicos que impulsan la adopción de Big Data, muchos se cuestionan dónde implementarlo dentro de sus propias organizaciones. Aquí es de vital importancia que todos los actores involucrados discutan y lleguen a definir posibles casos de negocio.
Who (quién): La implementación del Big Data debe tener una fuerte relación con el negocio, no solamente responder a una solución técnica. Es por ello que se recomienda que su introducción cuente con el apoyo total del CEO porque así se pueden definir mucho mejor los objetivos y se puede motivar con más eficacia a todas aquellas personas que vayan a adoptar estas medidas.
Pese a quien pese, la toma de decisiones a partir del Big Data no es el futuro, sino el presente. En otro momento contaremos con más detenimiento cuáles son las cinco directrices que lo vertebran (las denominadas cinco V’s: Volumen, Velocidad, Variedad, Veracidad y Valor), pero no esperes a mañana para empezar a familiarizarte con esta nueva realidad que te puede ser de grandísima ayuda.
Fuente: TRAVEL ADVISORS GUILD