La arquitectura sostenible tiene como objetivo la reducción de la demanda energética en la construcción y mantenimiento de edificios asegurando el confort del habitáculo e, incluso, mejorándolo. Este tipo de arquitectura prioriza el uso de materiales naturales, como la celulosa, la madera o el corcho y tiene en cuenta el coste energético del ciclo de vida (extracción, producción, transporte, construcción y mantenimiento). Las medidas en las que se fundamenta son tanto activas, de eficiencia de las instalaciones; como pasivas, relacionadas con la estructura de los edificios, los aislamientos y las protecciones solares.
En grandes ciudades, donde todo el parque urbanístico ya está construido, tiene más sentido aplicar la arquitectura sostenible en la rehabilitación de edificios, concretamente en la mejora delos aislamientos pues la mayoría de edificios son anteriores a la primera normativa que obligaba a la instalación de aislamiento térmico (NTE-79). Una particular técnica de aislamiento son las fachadas y techos verdes.
Las fachadas verdes son jardines verticales, sistemas de plantas y otros vegetales que se instalan en las fachadas o paredes de un edificio. También se puede instalar en los techos o tejados de los edificios. En este último caso, hablaríamos de techos verdes. Las ventajas de este sistema son económicas, ambientales y sociales. Siempre que se haga una elección de plantas autóctonas y con bajas necesidades hídricas, los jardines verticales y los techos verdes mejoran el aislamiento y la climatización del edificio.
Por otro lado, la vegetación actúa como filtro de las partículas contaminantes del aire favoreciendo la formación de oxígeno mediante la fotosíntesis y también como barrera acústica. Y por último,y tan importante como los beneficios ya mencionados, los techos ajardinados pueden tener un uso social para los vecinos y, junto con los jardines verticales, se convierten en un pequeño pulmón verde en las ciudades.
Fuente: Ambientum